El líquido de frenos es
muy importante en el sistema de frenado de nuestro coche, ya que transmite la
fuerza que hacemos cuando pisamos el pedal hacia cada uno de los
frenos de nuestro coche, para ayudar a detenerlo.
Con el paso del tiempo,
este líquido sufre un desgaste,
motivo por el cual es muy importante sustituirlo con cierta regularidad. Se
pone en mal estado debido al aire del
ambiente, haciendo que el líquido coja humedad, en cuyo caso
notaremos un tacto esponjoso en el pedal de freno.
Debido a esta humedad y al
desgaste por el paso del tiempo, el punto de ebullición del
líquido puede llegar a disminuir un 20% en
dos años. Por ello, es muy recomendable sustituirlo antes de
los dos años.
Cómo revisarlo
El depósito del líquido de frenos se encuentra debajo del capó de
nuestro coche, junto al motor, en un depósito de mediano tamaño. Es necesario
conocer qué tipo de líquido tiene nuestro coche, para echar de nuevo el mismo.
Si nos encontrarnos el
líquido de frenos con un nivel excesivamente bajo, puede deberse a varias
causas. Una de ellas es el desgaste normal de las pastillas de freno. La otra,
más preocupante, es debido a una fuga interna. En este
último caso, debemos acudir al taller lo antes posible.
Tampoco debemos olvidarnos
de revisar la bomba de frenos, así como el bloque del ABS,
ya que podemos tener alguna fuga por uno de estos sistemas.
Revisar las distintas tuberías y mangueras por donde circula el líquido,
para comprobar si existe algún tipo de fuga.
Este líquido es de color amarillo cuando es nuevo y se va
volviendo de una tonalidad marrón con el tiempo.
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